miércoles, 16 de junio de 2010

Felicidad

Trabajar con uno mismo requiere decisión y gran fortaleza. Se requiere disciplina, gran voluntad. Se debe tener certeza de que la heroína de esta historia es uno, porque quien escribió el guión soy yo misma. Por lo tanto, debo tomar mis armas y luchar, destronar y vencer; vengar y sentirme poderosa. Ahora, si lo que persigo es ser feliz, el heroísmo tiene otra dimensión. Entonces la lucha, el camino, no es contra el otro, si no que a favor mío en el sentido mas amplio y profundo.
En el camino de la felicidad personal el acento lo lleva el nombre propio; es uno quien debe estar convencido. Para iniciar el camino mas importante de la vida se debe tener sed de ello. Cuando la confianza es profunda y la entrega absoluta, se producen los milagros. Por lo tanto, se requiere de fe en que cuando no eres feliz, existe un camino que no has contemplado, fuera de los limites auto-impuestos, un salto cuántico; una solución mejor, mas permanente y mas liberadora.
Para dar inicio es necesario tener una comprensión un poco mas basta de la realidad de nosotros y de lo que nos rodea.
Existen leyes que hay que seguir:
-Uno es 100% responsable de sí y de su realidad, y si se quiere llegar a una verdadera liberación, se es responsable también del 100% de las relaciones con el entorno y las personas que transitan por nuestra vida. Así como uno ha escrito su obra y su guión, es importante saber que uno ha escrito el guión de cada personaje que ha cruzado por nuestra vida. Nosotros lo llamamos a actuar el papel del personaje necesario para esta etapa; él acepta. Es así como se da inicio a la gran terapia de relaciones en la vida.
-Se debe decidir actuar por inspiración más que por memoria; la memoria altera los mensajes de la intuición. En la memoria permanece el ego y este se regocija cuando dice “te lo dije…”. El ego quiere un éxito propio basado en la memoria que lo perpetúa; la inspiración siempre es nueva y sorprendente por naturaleza.
Se actúa con oído agudo para captar y seguir a la intuición, sin permitir a las ansiosas barreras mentales interceptar la señal.
-Se tiene clara la meta. La meta es la señal. Esa señal es nuestra guía que tendremos que seguir si queremos la completud con ello. 
En el Uno esta la dicha.