miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sobrevivir a Sí Mismo


Otra película que vi, no a causa del reposo, sino por motivos de desvelo, me llevó a la reflexión. Esta vez fue “2012”.
La película muestra todo el poder de la naturaleza, con destrucción total a raíz de choque de placas tectónicas, erupción de volcanes, tsunamis gigantescos y cambio de polos magnéticos. 
¿Quienes se salvan? 
Los mas ricos y poderosos y los que por cosas del asar, tuvieron la oportunidad de colarse.
Se salvan gracias a la fabricación de arcas construidas por gentilezas del aporte de los mismos que las habitan y luego de esperar en el interior a que las aguas bajen, ellos volverán a poblar la tierra…
Yo me pregunto, ¿para qué?
Repoblar la tierra con las mismas personas que la convirtieron en un infierno no tiene sentido.
Repoblar la tierra con personas opresoras de los mas desvalidos no tiene sentido.
Repoblar la tierra con personas sin valores morales, éticos y espirituales no tiene sentido.
¿Por qué?
Porque el resultado será siempre el mismo.
El poderoso seguirá abusando del débil, impidiendo su crecimiento, para así mantenerlo a su servicio y bajo su dominio.
El inescrupuloso e indolente, seguirá explotando los pocos recursos que la madre tierra, ya despojada de sus bendiciones, le reste por ofrecer.
Una persona sin interés espiritual, así como anhelo de superación, en busca de su perfección como ser humano y divino, vivirá en la discordia, en el desencuentro y en la defensa de un ego malsano. Buscará poseer, dominar y someter.
Sobrevivir a un desastre mundial no tendría sentido si no es para hacer de esta tierra un lugar mejor. Y para lograr eso, TODOS debemos buscar el bienestar y la felicidad de TODOS, como una sola entidad.
Y por qué no comenzar a evolucionar ahora, por si alguno de nosotros sobrevive??


sábado, 26 de noviembre de 2011

Un Día Más



Hoy vi una película en la TV; tengo mucho tiempo porque estoy operada recientemente de la nariz; nunca he podido respirar bien y esta es mi tercera operación.
Bueno, con esto de tener tanto tiempo y vista demasiado cansada para leer, he disfrutado de largas horas frente a la TV. Una de las películas que vi, es una versión actualizada de una película antigua que se trata de una mujer con su vida aburrida y un diagnostico mortal; cáncer. Y un hombre con una situación similar que se conocen a raíz de un congreso al que ambos asisten. La cuestión es que ambos deciden disfrutar de mutua compañía sin saber el uno del diagnostico del otro. Cuando ambos se enteran deciden, con mayor intención y alegría vivir lo que de tiempo juntos les quedaba.
Esta película dejó una interrogante flotando en el aire; ¿Acaso no es esta la forma correcta de vivir, tengas o no una enfermedad mortal?
Hay una pregunta que encierra mucha sabiduría; Si hoy fuera tu ultimo día, ¿dejarías ir el ayer?
Creo que la respuesta segura es Si. Y ninguna otra respuesta gozaría de aprobación popular, porque, por muy desgraciado que haya sido el pasado, no vale la pena mantenerlo con vida en las ultimas horas de existencia. Sólo los momentos de plena felicidad, incluso aquellos que nos entregan una serenidad amorosa, son atesorados en los últimos momentos.
Pero el asunto es que nunca sabemos cuando es nuestro ultimo día; no lo sabes hasta cuando ya es demasiado tarde. Según este conocimiento, ¿no sería mejor vivir en una postura de “ultimo día”? (sin ser negligente, por lógica). ¿Se puede perdonar todo, en nombre del “ultimo día”?
Yo creo que si. Y no caer en la negligencia es, según mi visión, perdonar, pero no olvidar. Esto es: Perdono, pero aprendo de la experiencia vivida.

lunes, 11 de abril de 2011

Momentos...

He estado sintiendo tal cantidad de cosas últimamente, que me ha sido casi imposible ordenarlas para mencionarlas de alguna manera inteligible, cosa de recorrer mis propios pasos en forma ordenada y clara.
He descubierto la importancia de la intuición, mas allá de las voces internas y sus evocaciones, para dejarme caer en el letargo que demoran los buenos resultados; aquellos que escapan a la opinión intelectual que nuestra mente cocina, con el fin de distraer los sentidos y alejar el yo de su enfoque primordial, aquel que ES según su intuición o su voz verdadera; aquel que sabe qué debe hacer. Por ende se sigue a sí mismo y es su propio líder.