martes, 21 de julio de 2015

Evolución Innata


No se puede aprender ni crecer, si no se conoce la realidad del otro. La vida del UNO MISMO es muy personal… unicelular, con la importancia de gestar la MÍSTICA de la Vida. La etapa del Uno Mismo es la Infancia del SER, donde es urgente la adaptación, y se graba con ojos grandes lo que va sucediendo fuera de sí. Sólo cuando uno sale de si mismo y se compenetra en el devenir social, se ingresa al mundo del CONOCIMIENTO y el APRENDIZAJE: La Niñez del Ser, donde el ego se va formando, basado en lo obtenido; lo visto, lo escuchado, lo sentido,… el ejemplo a seguir.

Luego llega el momento del Libre Albedrío y la EXPERIENCIA; La Adolescencia del Ser, donde el ego ha tomado cierto nivel de conciencia y comienza a tomar decisiones, buscando una identidad y haciendo las grandes preguntas de la vida.

A eso lo sigue el tiempo de la CONCIENCIA; La Adultez, donde esos caminos tomados llevan a las realidades consecuentes, y se toman las grandes decisiones de la vida, basadas en el grado de Conciencia obtenido.

Y finalmente, la SABIDURÍA. Tiempo de cosecha, la ultima cosecha, aquella que es definitiva; ésta es La Madurez del Ser, y ha de durar el resto de la vida terrenal, y más...

Sin embargo… La SABIDURÍA depende de la CONCIENCIA, la que depende de la EXPERIENCIA en su Libre Albedrío, la que depende del APRENDISAJE en su CONOCIMIENTO de la experiencia llamada VIDA.

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